Mi amado Kyouya, es como un arma de doble filo, lo que lo hace doblemente espectacular, ya que para aquellos que no lo conocen se comporta como todo un caballero, es decir, demuestra su inteligencia, educación y en pocas palabras es la amabilidad andante. Por esta razón, es sumamente popular en la secundaria, y fue apodado como “el príncipe”, por la cuerda de babosas que están enamoradas de él.

Pero la realidad, es que mi amado Kyouya, esconde una personalidad más profunda, oscura y sexy (Bombón: para aquellas a quienes nos gustan los chicos malos). En primer lugar a aquellos que intentan ver más allá del chico bonito, su primera barrera de defensa es mostrarte como frío, distante e intimidante. Pero pasada esta etapa, como sucedió con la Shinohara, saca a relucir una personalidad completamente diferente que raya en lo retorcido. Es un compendio brutal de sadismo, sarcasmo y burla, que lo llevó a convertir a esta chica en su mascota y chantajearla descaradamente a costa de su silencio. (Bombón: ¡y por eso lo amo!) Por ello si algo me mata de este caramelito, es que de niño dulce y lindo, tiene lo que yo tengo de puritana y santa.

Como si ser una escultura andante no fuera suficiente, Kyouya demuestra que es más que una simple cara bonita lo largo de la serie. Es sumamente inteligente, pero de un tipo de inteligencia que dista mucho del estilo nerd, ya que en vez de demostrarlo con sus habilidades escolares, se ve en sus planes, estrategias y manipulación en lo que al trato de Erika se refiere, lo que lo hace en definitiva malignamente brillante.

Sumado a lo anterior, podemos ver gala en parte de sus excelentes condiciones físicas (Bombón: aunque estas si que saltan a la vista con ese cuerpecito que se gasta), y si dio muestras de practicar deporte, pero esta habilidad quedó definitivamente demostrada, cuando le pegó un tremendo golpetazo en la cara, a un chico que estaba molestando a Erika, dejándolo K.O., así que sigan sumando a la lista: guapo, brillante, fuerte… (Bombón: ¡casate conmigo!)

¡Preparen los baberos! Porque si algo tiene este chico, es que realmente está para comérselo solito y sin contorno. Tiene ¡un cuerpazo de muerte! Altamente tonificado, que te hace que se te vaya la conciencia con solo una ojeadita de lejos. Un cabello dorado, suave y sedoso que te invita a querer hacerle cositas ricas mientras se lo revuelves. Alto, fuerte, y descrito en una sola palabra ¡sexy!

Pero si hay algo que realmente te hará enloquecer de este chico, es que no es un rubito insípido de ojitos verdes o azules ¡no señor! Mi amado Kyouya, tienes unos espectaculares y arrebatadores ojos rojos, que en conjunto con una mirada de esas que dice “puedo hacerte todo lo que te imaginas y lo que sigue”, terminaras perdida y caerás en sus mortales redes como un zombie babeante sin cerebro.

A pesar de ser extremadamente distante con aquellos con quien se rodea, y demostrar ser frío, calculador y si se quiere cruel, mi Kyouya esconde un lado tierno y realmente encantador, el cual sale a relucir especialmente cuando tiene un perrito cerca. Es entonces cuando pasa de ser un ángel caído, a todo un ángel puro e inocente, riendose, jugando y revolcandose con los cachorritos.

Para mi infortunio (Bombón: necesito convencerme de que solo lo hace porque Erika es su mascota, para no morir de celos), desarrolla un lado sobreprotector hacia la Shinohara, cuidandola de aquellos quienes quieren molestarla o lastimarla. Pero además de ello, a lo largo de la serie se pueden ver muchos momentos, donde sencillamente la acompaña a casa o la mantiene vigilada cuidando de que no le pase nada (Bombón: querido Kyouya, no pierdas tu tiempo con esa chica plana e insípida, yo si soy digna de observar my love).

Si por algo ha destacado este personaje y ha cautivado desde mi corazoncito, hasta mis más profundos rinconcitos, es por ese lado retorcidamente perverso, salvaje y sexy que demuestra a lo largo de la serie, el cual ha sido su sello distintivo de muchos personajes de Shoujo que podrán tratar de imitarlo pero nunca igualarlo. Y es que mi Kyouya en definitiva, es completamente salido del lote.

Muestra abiertamente su lado sádico sin tapujos, cuelga collares de perro para demostrar su dominio, maltrata sin tocar uno solo de tus cabellos de forma agresiva, te domina en un dos por tres, y todo eso lo hace ¡taann sexy! Que solo te queda entregarle las esposas, botar tu misma las llaves y decirle ¡eres mi amo y yo tu esclava! ¡Soy toda tuya Kyouya! Y llegas al punto de entender a la Shinohara, porque yo misma soy capaz de ladrar a cambio de un besito de un caramelito como ese.